Según la visión del Ayurveda, todo en la naturaleza (incluso nosotres) está formado por todos los elementos: éter, aire, fuego, agua y tierra, pero en diferentes proporciones. De estas proporciones, surgen las “fuerzas o energías”, llamadas doshas, que nos dan características y cumplen funciones. Estas son Vata, Pitta y Kapha. A su vez, estas van variando a lo largo del día, con las estaciones y a través de la vida (predominan en ciertas etapas). Todo lo que percibimos y recibimos del exterior nos aumenta un dosha determinado. También influencian nuestros estados internos. En otoño, el dosha que comienza a aumentar es Vata. Vata es seco, frío, irregular, móvil. Esto comienza a verse en nuestro cuerpo y mente si no hacemos nada para compensar esos aumentos: nuestra piel se pone seca, las articulaciones crujen, nos estreñimos y tenemos gases, sufrimos insomnio, hiperactividad mental o física, contracturas, preocupaciones y miedos. Esto sería aun más marcado si en nuestra constitución (o biotipo), predomina este dosha.
Ayurveda es literalmente el “conocimiento de la vida” (además de ser la primer medicina surgida, de la que derivaron todas las demás), nos aporta miles de recursos para vivir en equilibrio con la naturaleza y los cambios surgidos en el entorno. 
Si hablamos de equilibrar a Vata, en este otoño y en esta cuarentena (situación que también aumenta vata), podemos hacer uso de un recurso muy interesante: la aromaterapia.
  • Mantenerse abrigado. El frío aumenta Vata.
  • Conservar la tranquilidad. Llevar a cabo una actividad física tranquila: caminar, bicicleta…
  • Evitar en lo posible los alimentos crudos y fríos. Mejor cocinados al vapor.
  • Evitar las temperaturas frías. Mantenerlos ambientes cálidos y en lo posible húmedos (sin descuidar la ventilación necesaria para renovar el oxígeno).
  • Consumir alimentos calientes y especias calientes: comino, canela, clavo, curry, cúrcuma, eneldo, jengibre. Todo lo que aporte calor.
  • Seguir una rutina regular.
  • Crear un ambiente lo más calmado y tranquilo posible. Evitar los grandes estímulos auditivos y visuales.
  • Buscar entretenimientos tranquilos y creativos
  • Evitar el exceso de estimulación sensorial (televisión, computadora, celulares)
  • Dormir y relajarse adecuadamente. 
  • Prestar atención al cuerpo y a la mente y satisfacer las necesidades.
  • Efectuarse masajes con aceite hidratante con maniobras calentantes, lentas y ligeras (por ejemplo con aceite sea de sésamo templado). Una buena rutina es aplicarse el aceite antes de la ducha caliente y al salir no retirarlo. El aceite de sésamo da calor a nivel interno. 
La aromaterapia es una técnica de aplicación preventiva y curativa a base de aceites esenciales. Es una herramienta terapéutica, que pone al servicio de la salud las propiedades de las plantas. A
través de esta técnica, se busca el equilibrio físico, mental y emocional, aplicándose, a través de las propiedades terapéuticas y aromáticas de las plantas. Sirve y complementa otras técnicas para acompañar y mejorar procesos. Los aceites esenciales para mejorar la salud y armonizarnos, pueden ser utilizados a través de masajes, aromatización de ambientes o aplicados sobre alguna zona del cuerpo para calmar o reducir una afección. Forma una parte importante del Ayurveda y de otras ciencias de la curación (principalmente en Oriente). Es aceptada y apoyada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los principales sentidos que interviene en esta terapia son el olfato y el tacto. Las propiedades aromáticas promueven la relajación y la sedación, contribuyendo, por tanto, a generar un estado emocional y mental más equilibrado, que acelere el proceso de sanación. El olor está vinculado a las emociones, por lo que olores agradables desencadenaran emociones y recuerdos placenteros. Podríamos decir, entonces, que la aromaterapia prepara nuestro mundo emocional, a través del olfato y el tacto, para enfrentarnos de forma más equilibrada a las situaciones que se nos presentan en el día a día.
Recomendaciones complementarias:
Aromaterapia para Vata
Como Vata es frío, ligero y seco, va a necesitar para equilibrarse aceites esenciales calientes, húmedos y especiados.
Los óptimos son los que aportan calor húmedo como los siguientes:  
  •  Sándalo
  • Almendras 
  • Ciprés
  • Patchouli
  • Clavo
  • Orégano
  • Tomillo 
  • Jengibre
  • Pino
  • Mejorana
  • Incienso
  • Mirra
  • Eucaliptus 
  • Canela
  • Cúrcuma
  • Lavanda
Modos de Uso:
·      Antes de la ducha, podemos aplicar aceite de sésamo tibio sobre la piel, eligiendo dos aceites de los arriba indicados y añadiendo 2 gotas de cada uno a cada cucharada sopera de aceite de sésamo. Se aplica especialmente en la zona de hombros y cuello con movimientos lentos y profundos.

·      Se pueden hacer baños calientes diarios, con 5 gotas de los aceites esenciales que elijas disueltos en jabón de baño o sales. No recomendados son la canela, clavo ni orégano porque pueden irritar la piel.

·      Para el descanso: masaje lento en los pies antes de acostarte con 1 cucharada sopera de aceite de sésamo templado con 2 gotas de lavanda y 2 gotas de sándalo.

·      Aromatización de ambientes (hornitos, vaporizadores e inciensos): elegir dentro de los aromas sugeridos, para que tranquilicen y no sean estimulantes. 
La aplicación es sencilla y posible. Espero podamos hacer uso de esta herramienta, para mejorar nuestra calidad de vida y sobrellevar mejor estos desafíos que nos presenta la vida con la aparición de esta pandemia.
¡Éxito con ello!
Amorosamente,
Dra. Julia Elena Scocco