Y uno se llena de música.
Navega por las redes.
Explora páginas.
Mira vídeos de otros.
Se llena de mucha pero mucha información que genera ruido visual y mental.
Ni tanto ruido. Ni tanto silencio.
Buscar ese equilibrio. Pero en tiempos de exceso de información.
Es reparador.
Es restaurador.
Es reciclador.
Bañarnos en el Silencio.
Sumergirnos en él. Percibirlo.
Como si volviésemos al útero.
Adentro.
A Sentir.
A percibir el mundo desde esa quietud.
Hay gente que esta sola y no se zambulle en el silencio.
Quiero que sepas que hay un ser de luz que anida dentro tuyo desde siempre.
Para descubrirlo sólo tienes que sumergirte.
Puede que aparezcan emociones
Lágrimas o risas
Miedos o enojos
Que el cuerpo se mueva espontáneamente.
Darle permiso a lo que sucede.
También puede aparecer exceso de pensamientos. Pero vos estas ahí. Observando todo eso.
Sumergite en esa quietud.
Aunque aparezcan sonidos, aromas, colores.
Abrite a Sentir.
El propio encuentro con vos misma.
Sumergite a la profundidad de tu propio Ser.
Como si la planta tuviese que volver a recordarse SEMILLA.
Revisar hacia adentro el propio proceso que hizo.
Claro que estuvo cargado de emociones que el cuerpo alojó en alguna parte.
Cuando nos sumergimos en nuestro propio Ser, el cuerpo se moviliza y las emociones alojadas aparecen para irse.
Se limpia el camino para darle lugar a nuestra verdadera esencia.
Los que meditamos sabemos perfectamente de esto.
Pero quien no, le teme.
La luz en tu interior anida igual.
Lo que nos diferencia. Es la consciencia. La percepción de ella.
SUMERGITE.
Somos la semilla.
Somos las raíces.
Somos el tallo y la flor.
Pero en la profundidad de la tierra. Allí donde nadie la ve. Anida la verdadera transformación de la semilla.



María Florencia Pasquali 
Docente de la Diplomatura online Yoga en la Escuela (UGR)
Prof. Yoga para niñxs 
Creadora y Cocinera de FloreSiendo 
https://www.facebook.com/floresiendoalimentacionsaludable/